Puesta de largo de «Las bandas sonoras para despedir los días» en Cádiz
Emocionado aún, no puedo sino, en primer lugar, agradecer de corazón la presencia de tantos amigos y amigas a la presentación de mi libro «Las bandas sonoras para despedir los días» el pasado jueves 1 de febrero. Reunir a decenas de personas en actos donde se dan a conocer 'los partos' de los libros no es fácil, así que esta gran asistencia debe ser por uno de dos motivos: o el libro entusiasma o tengo mucha gente que me quiere. Como el libro aún no pueden haberlo leído porque acaba de publicarse, entonces por d(r)educción lógica debe ser lo segundo.
Por eso me siento inmensamente feliz. Por tener a mi lado en momentos importantes a tantas personas. Espero que disfrutaran de una presentación que no hubiera sido igual sin el maestro de ceremonias, Bruto Pomeroy. Pocas personas he conocido que amen tanto su trabajo, que no es trabajo sino vocación y entrega. Víctor, el personaje que interpreta Luis Callejo en la película «En las estrellas», vive mediatizado, entre debilidades algunas insanas, por el amor a las películas y su quijotesca manera de entenderlo. «Lo más importante en la vida es el cine», exclama en varios momentos del filme. Bruto lleva esa frase grabada a fuego en su frente apergaminada como moneda de cambio por tantos esfuerzos en diferentes ámbitos culturales en los que ha venido demostrando que es inasequible al desaliento porque, entre otras cosas, sus ojos se vuelven como los de un niño cuando cada evento que se hace realidad gracias a él se convierte en éxito para, sobre todo, difundir la magia del Séptimo Arte en todos sus aspectos. Y por supuesto, las excelencias de la Escuela de Cine de la Universidad de Cádiz que él coordina. A él, a su escuela y a la UCA le doy las gracias de todo corazón por las facilidades dadas para presentar «Las bandas sonoras para despedir los días», que ya es una realidad.
La mayor parte de la presentación la estoy montando en vídeo para quienes no pudieron asistir o estén interesados en conocer detalles de lo que hablamos en el acto: por qué la música de cine está maltratada, cómo subsanar el concepto de una música «para ascensores y anuncios televisivos», y sobre todo, la importancia de los compases compuestos por maestros como Max Steiner, Jerry Goldsmith, James Horner, etc. a la hora de narrar una película tanto con la imagen como con la música, no como complemento sino como elemento crucial y dramatúrgico de un filme. Bueno, y poner secuencias en pantalla que hicieron vibrar al personal. Cuatro ejemplos de otras tantas maneras de hacer música cinematográfica: psicología y uso del silencio («Tiburón», de John Williams), la creación de un personaje desde notas musicales iniciales («El protegido», de James Newton Howard), la analogía y el adelanto de los acontecimientos al espectador («Psicosis», de Bernard Herrmann) o cómo un solo instrumento musical define a un personaje porque su sonido se identifica con un concepto («Ben-Hur», de Miklós Rózsa, «Acorralado», de Jerry Goldsmith). Y Bruto, que me preguntó por cosas que se quedaron en el tintero porque si no, no hubiéramos salido del Aulario La Bomba. Y comenzó la venta de libros posterior, y la anécdota de quedarnos sin ejemplares y tener que ir por más al coche...
Todo lo demás está reflejado en los medios de comunicación que me están tratando excelentemente y con un cariño desmesurado, como es el caso de Diario de Cádiz, Onda Cero -que es como una de mis casas-, La Voz Digital, Cádiz Directo, Portal de Cádiz, Canal Sur, la web especializada SoundtrackFest -que es otra de mis casas- y quienes se vayan sumando en esta vorágine que acaba de comenzar públicamente, aunque mis primeras letras del libro se plasmaran en un folio hace ya cuatro años. Casi medio centenar de meses revisionando y reoyendo películas, escudriñando, tratando de comprender, afianzando criterios o cambiándolos, y consultando. Siempre aprendiendo para trasladar tus conocimientos a los demás. Gracias de todo corazón.
► Cobertura del acto en Diario de Cádiz. Pinchar aquí.